lunes, 18 de enero de 2010

Finde mojado

Después de un temporada de lluvias, nieves y fríos, el tiempo nos da un respiro y nos deja salir este fin de semana a la carretera y hacer kilómetros.

Salí el viernes un rato por la tarde a desentumecer las piernas después de 15 días sin hacer nada. Fueron unos 50 kilómetros llano, a ritmo suave pero con cadencia en las piernas. La verdad que aunque no fue mucha paliza, si acabé con las piernas un poco cansadas, supongo que por la inactividad.

Ya el sábado nos juntamos un grupito majo para salir a rodar. Partimos hacia Ciempozuelos a ritmo suave mientras íbamos charlando. En este punto nos separamos, unos tiramos hacia Titulcia (Luis the boxer, Antonio bombero, Pantani y yo) y otro grupo a nuestro encuentro por San Martín (Luismi , Kakaito y Miguelón). Aligeramos un poco la marcha en este tramo y las sensaciones no fueron buenas. Me costaba seguir el ritmo, no encontraba cómodo con ningún desarrollo, notaba las piernas pesadas.... iba con un poco de miedo para Fraskuelo, que aunque corto, se me podía hacer muy largo. Al final, aun a pesar de las sensaciones y las piernas, lo subí mejor de lo que pensaba, con Luis en cabeza. Una vez arriba, reagrupamiento y para casa de nuevo tranquilos, aunque aun así, llegué de nuevo con las piernas muy cargadas.

El domingo tocaba salida con la peña. Amaneció el día feo, la carretera mojada, el cielo cerrado y mucha humedad. Antes de salir con la peña fuimos en busca de Luis para hacer algún kilómetro más. Ya con la peña nos dirigimos hacia Navalcarnero. Lo que yo pensaba que sería un día tranquilo, ideal para mis piernas, se trunca cuando nos encontramos con la gente del triatlón de Parla, con el gran Serafín, y se unen a nosotros. Hasta Navalcarnero fuimos con un ritmo altísimo. Enfilados, en cada repecho que había no se bajaba el ritmo e incluso se aumentaba. Entre la lluvia, el ritmo y mi dolor de piernas, se me hizo un poco infierno. La verdad que aguanté mas de lo que pensaba. Pasando El Álamo nos quedamos un grupo de 6 que aguantaba a duras penas, hasta que en el último repecho llegando a Navalcarnero, mis piernas ya dijeron para y me descolgué a mitad de subida, llegando ya arriba comiéndome un plátano y deseando que la vuelta fuera mas tranquila. Y fue tranquila porque me quedé con la gente mas rezagada y pasé del grupo cabecero, ya tenía las piernas lo suficientemente castigadas como para meterme más paliza y llegar a casa hecho una piltrafa.

Resumiendo el fin de semana, me sirvió para ver que no estoy muy en forma. Me dolieron las piernas desde el mismo viernes y no pararon de dolor en ningún momento, a parte de la pesadez que notaba en ellas. Espero que estos kilómetros de sufrimiento de este fin de semana me hayan servido para sufrir un poco menos el finde que viene

No hay comentarios:

Publicar un comentario